Hasta que cierto día, una persona de nombre ziña lo siguio muy de cerca, sin que ojitos se diera cuenta. ziña vio como ojitos entraba a una cueva. Inmediatamente ziña se adentro de la cueva, para seguirlo, ziña se estaba dando cuenta que la cueva era muy profunda, estaba un poco tenso, este iba entrando poco a poco a la cueva, siguiendo el reflejo de la lampara que llevaba ojitos.
De pronto la luz se apago. Ziña quien no podía ver nada quedo paralizado, de repente empezo a sentir pequeños mordiscos, golpeteos, ziña inmediatamente empezo a correr, cada vez mas rápido, en su afán por hallar la salida, ziña choco con algo, que era tan fuerte que retumbo y cayo rodando. Ziña estaba pensado que era ojitos quien le había dado las mordidas y los golpes.
Ziña se sentó un momento a reflexionar, para ver como podia salir de la cueva. Y entonces pensó si voy corriendo, tirando patadas, de seguro golpeare a ojitos, y podre salir de la cueva. Y así fue que empezó a tirar patadas a lo loco, corriendo a cierto tiempo, y pausando por ratos, fue así como logro ver una luz a lo lejos, inmediatamente se apresuro a llegar ahí.
Cuando por fin llego, se dio cuenta que no era mas que una lampara que habían dejado colgada dentro de una roca. Ziña se sintió desamparado, pero ala vez animado por que ya podía distinguir los objetos de la cueva, entonces empezó a explorar, pero rayando las paredes de la cueva muy fuerte con pequeñas piedras, usándolas como si fueran crayones, para darse cuenta donde había pasado. Por fin de tantas vueltas, logro encontrar la salida. Emocionado dijo:!AL FIN LO HE LOGRADO!.
Muy contento se dirigió a su hogar, como si nada hubiera pasado. Pero luego de un rato, sentía que algo no estaba bien. Se dirigió a la cocina, para lavar los platos, cuando de pronto se quedo impactado con lo que había visto, era el pay que se había desayunado en la mañana, estaba ahí intacto, con la cereza en el centro de ella. No lo podía creer.
De pronto alguien toco a su puerta. ¿Quien creen que era?, exacto le atinastes, era ojitos, quien se acerco, dirigiéndose al oído de ziña y le dijo estas palabras:
"El tiempo es oro, hay que aprovecharlo de la mejor manera".
Escrito por : José Eleazar García Estrada
De: Mexico, Tuxtla Gutierrez, Chis.
